La cada vez más popular banda argentina regresó a los Estados Unidos por una nueva serie de conciertos y la segunda parte de la promoción de su último disco “Mucho”, que se ha reeditado con siete temas adicionales bajo el título de “Mucho Más”. Sin embargo, todo esto ya es información añeja para quienes un verdadero afán de los “babas”, por lo que decidimos entablar una conversación con el siempre elusivo vocalista Adrián Dárgelos, para que nos contara acerca de sus colaboraciones con otros artistas, la entrañable pérdida de su amigo y bajista Gabriel Manelli el año pasado y cómo es que una especie de esquizofrenia y el voraz apetito por la literatura se convierten en la fórmula perfecta para las intrincadas y excelentes letras de las canciones babasónicas.
“Mucho Más”
Ahora va salir un disco nuevo con temas grabados en el mismo momento de “Mucho”, que se llama “Mucho Más”. Son como lados “b”, pero en realidad son siete canciones nuevas y son todos temas inéditos grabados al mismo tiempo, porque el disco fue planeado en dos episodios y hay algo que nunca se lo dije nadie, yo leí una novela de un escritor americano, “La subasta del lote 49” de Tomas Pynchon, y de casualidad hay un conductor de radio, un DJ que se llama “Mucho Más” y a mí me gustaba la idea de coquetear con esa persona que se llama “Mucho Más”.
Vida Digital
Nosotros cada vez llevamos más gente a los shows, pero no sé qué tiene que ver con la vida digital. Generamos un montón de obra para la vida digital y lo consideramos un elemento principal y tan importante como otros medios, como la radio y lo demás… pero yo no hago una reflexión sobre el tema. A mí también me gusta comprar discos de soporte físico, voy a Amoeba y me compro todos los discos que salieron. Sé que el formato es obsoleto, pero creo que va a seguir existiendo, ya que es la máxima calidad a la que se va a llegar aunque sé que va a llegar algo un poco superior, pero en esas calidades estriba la máxima calidad de audio.
Colaboraciones
No es que sea importante hacer colaboraciones, es que tengo contacto con las bandas que me gustan, como Plastilina Mosh. Es algo que he hecho toda mi vida, desde que empecé a cantar, ya que hay artistas que me gustan y disfruto cantar con ellos. No es que sea importante o no importante, lo que planteo es algo que hago más bien por gusto y por afinidad. Siento afinidad por las bandas que me gustan y eso es lo que me lanzó a hacerlo. Me hace repensar también la música y es una experiencia nueva que es agradable experimentar.
Estilo Babasónico
Yo realmente nunca creo estar bordeando lo “kitsch”, creo que estoy bordeando lo “trash”, lo que está más cercano a lo pernicioso, al gusto culposo. Yo no tengo ironía sobre los gustos de la clase media o la clase masiva, porque yo soy esa clase. Entonces, no tengo esa relectura sobre las cosas… soy así, básicamente soy así.
Tengo un cierto uso del lenguaje como provocación y como arma de subversión o caos y es algo que se me da naturalmente, experimentar una candidez vestido de lobo. O decir cosas terriblemente amargas desde la inocencia o la ignorancia, pero es esa la combinación explosiva, ese cóctel diabólico que Babasónicos tiene, un permanente coqueteo con la fuerza del mal.
No es algo que nos lo planteemos, lo sé, y es gracioso que nos suceda a nosotros y no a otros. También muchas de las cosas que yo digo no se le permitirían a otro y muchos no han tenido el coraje de enfrentar ese lado de las cosas.
El Hambre
Yo supongo que somos un grupo que como objetivo principal tiene la corrupción y la cultura nos sigue dando motivos para provocarla y por otro lado tenemos hambre, somos un grupo que tiene hambre. Y es que el hambre no se calma, nosotros no tratamos de mantener el hambre, nuestra hambre no se calma ni comiendo, ese es el problema ¿cómo calmar esa hambre?
Comida para las letras
Soy lector voraz, leo en promedio un libro por semana, me apasiona la literatura, la ficción y es uno de mis más grandes vicios, la literatura en sí… aparte de la música, escucho mucha música pero también recibo gran parte de mi influencia de la literatura.
Contar una historia en tres minutos es dificilísimo, yo normalmente escribo el 70% más de lo que necesito para una letra y después me viene un trabajo muy grande de substracción ¿no? de restar pedazos.
Por ejemplo, en la canción “¡Viva Satana!” estaba muy influenciado por el cine “gore”, el cine clase “b” y justamente me habían propuesto en Argentina escribir guiones de esa clase. Lo que pasa es que siempre fui un apasionado de la música y me siento más un poeta que realmente no hago cosas que me convienen o que me entretengan, yo me dedico pura y exclusivamente a la música o a escribir letras para canciones. Siempre tengo ofertas de escribir literatura y cosas así también, o crítica literaria, o para diarios en torno a la literatura, pero realmente no encuentro un motivo o ganas de hacerlo, ya que lo que más me gusta es escribir en torno a la música.
Me gusta escribir las letras de las canciones que vos ves, porque eso es lo que me lleva tiempo y pasión en la arquitectura minuciosa de escribir canciones, y concuerdo con otros escritores que en cierta forma discurrir en horas y horas de escritura, es más simple que concentrar una idea en algo tan pequeño como una canción.
Lo más difícil es saber cuándo está cercano a la pista, cuando estás realmente concretando una obra equilibrada y bella, porque vos escribís primero es complejo tener motivos nuevos después de haber escrito 350 o 400 canciones como lo hemos hecho nosotros, eso es complejo, el tener un motivo nuevo ¿qué puedo contar que no se haya contado? Es más difícil que al principio, componer ahora, porque yo ya hice “¡Viva Satana!”, no puedo volver a hacerla.
En “Dopádromo” tengo, por ejemplo, el caso de “Su Siervo” o “Perfume Casino” y esa clase de canciones. Ahora, el reto es escribir cosas que no se han escrito y el encontrar esas desproporciones y esos desequilibrios me lleva tiempo. No sé cuál vaya a ser el próximo, entonces lo mejor es dejar el deseo de silencio y una vez que el deseo calla, escribir las ideas que atraviesan en mi mente.
Últimamente, me gusta decir que no escribo lo que quiero, escribo lo que me dictan… sólo que no sé quiénes son los que me dictan. Eso es lo genial. De hecho, escucho voces en mi conciencia y son las que escribo. Por eso, las voces que cantan en mis canciones son contradictorias y te encuentras en un disco a una persona que piensa completamente lo contrario a la otra y las dos pueden ser en primera persona.
Entonces, esas voces que son radicales, yo creo que aparecen y lo que he aprendido en los últimos tiempos, es a tener menos filtros compositivos y dar mejores visiones del caos. Es decir, no ordenar ese caos que pasa.
Ya no sé de qué tratan las canciones que aparecen en mi cabeza, me las dictan y no trató de racionalizarlas y hacerlas un cuento, trato de plasmar ese grado de inconsciencia y locura y de frescura que tiene la idea cuando atraviesa mi conciencia. Me gusta pensar eso, que el problema es que no sé quién las dicta dentro de mi conciencia. Ya no escribo lo que deseo, escribo lo que me dictan, pasó a ser un siervo de la imaginación, un mozo de cuadra de la imaginación a quien las canciones le aparecen. La primera vez que dije esto, mi hermano que estaba ahí en la entrevista me miró y creyó que era lo más coherente que había dicho últimamente.
El tipo que narra la historia de “Putita”, no tiene nada que ver conmigo, porque en realidad yo no necesito decir todo eso. A mí lo que se me ocurría en el momento de escribir la canción, era esa desproporción entre la belleza de la falta de respeto, entre la desfachatez que provoca la falta de respeto, pero que cuando algo es óptimo en el momento y en el lugar uno se permite todo y hasta le permiten a uno un insulto ¿por qué? Porque las palabras ya han franqueado todo, entonces la peor palabra abre la puerta ¿qué es lo que pasa cuando la peor palabra abre la puerta?
Éso es lo que busco, escribir y ser el primer sorprendido.
Pérdidas
Dificilísimo, no el hecho de continuar, sino de seguir viviendo aceptando y aprendiendo, aceptando que no está más y aprendiendo a vivir con su ausencia. Eso es lo más duro, ya que más que un músico era un amigo mío de toda la vida, un socio mío en el complot y en el gran boicot que Babasónicos lleva a cabo. Babasónicos se mantiene unido porque es un boicot a la cultura, porque es una empresa contracultural, no es porque sea negocio o porque nos guste hacerlo, sino porque estamos conscientes de que también molestamos a alguien. Entonces lo podemos seguir haciendo mientras molestemos… mientras tengamos hambre y sepamos que molesta, es algo que nos hace gracia hacerlo. Piensa que nosotros somos de un lugar que es como “Neza”, en las afueras de Buenos Aires, somos de la periferia y nosotros para hacer Babasónicos comenzamos a ensayar en el 86, con otros nombres pero éramos los mismos músicos. En esa época en que imaginábamos que se podía vivir de la música, existía el rock en Argentina pero sólo dos o tres bandas podían vivir de la música, entonces nosotros lo hacíamos sin ninguna perspectiva. Y haber llegado a ser músicos profesionales y a hacer lo que nos gusta y ser desde el principio los productores de la obra y la razón de hacer lo que queríamos, haber logrado eso fue un gran desafío para nosotros, de partir de la nada, de la clase obrera.
Creo que ese logro no podía claudicarse tampoco para la memoria de nuestro amigo, había que sostener el boicot y llevarlo siempre al máximo. Pero, yo siempre lo voy a extrañar y nunca va a ser igual para mí.
USA
Pues, seguimos estando muy sorprendidos porque cada vez son mejores los lugares a los que nos llevan a tocar. También hemos tenido un gran avance de público y lugares en los que no tocábamos antes, ya hemos hecho dos veces Chicago, ahora volvemos a San Francisco y Los Ángeles tiene una gran historia, porque hemos tocado desde el 95 y hemos hecho muchos shows. En el 95 tocamos en un lugar que se llamaba “Las Pampas” y había que ser valiente para tocar en ese lugar… o inconsciente. De hecho, se nos incendió un teclado X13 -lo recuerdo porque conectamos mal los cables- y recuerdo ese lugar porque la batería con la que tocamos tenía la cara de Cantinflas.
En un principio, somos artistas un poco más de culto, que éramos híper-perseguidos por esa clase de público. Ahora, supongo que somos artistas populares, pero a la vez es un grupo que es imposible que sea transformado en un grupo popular, ya que nadie hubiese esperado que un grupo como nosotros se hiciera popular y sin embargo es uno de los grupos más populares de Argentina y de México, que puede tocar en todos los festivales en Latinoamérica.
España
Ya hemos hecho muchas visitas a España y cada vez es un paso más, cada vez estamos más inmiscuidos en la discusión de lo que sería la problemática de la música y de la escena de la música joven en España y eso nos pone muy contentos, porque aunque México es como nuestra segunda casa y es habitual que nos vaya bien, en España crecer y tener estos ribetes sin que sea el rock la música más importante, para nosotros es sorprendente y no sé a qué atribuírselo.
Por ejemplo, ¿sabes que Babasónicos es algo único en el panorama musical, no sólo latinos sino también extranjero? no hay un elemento de corrupción que genere tanto como Babasónicos.
